domingo, diciembre 12, 2010

This little megaconnected world

Elisewind me desenterró ayer de mi memoria los cuadros de Walton Ford, que yo en su día había visto en el inacabable blog de Petite Claudine y ella ha tenido la suerte de ver en un museo en Copenhagen al que yo querría ir hoy mismo (por su emplazamiento y sus hombres andantes de Giacometti).
Lo que más me gusta del caso es que no fue ni con un ordenador ni un smartphone delante: fue a través de las palabras. Ahora, enredada entre mil y una pestañas, me doy cuenta de que mi cabeza ya funciona como un complejo hipertexto y, pese a mis reticencias hacia el mundo digital, me parece un privilegio saber que con una buena búsqueda, siempre basada en palabras, puedo recuperar prácticamente cualquier cosa que haya visto, o ver y descubrir tantas otras nuevas, que se entrelazan con otras tantas (como me sucedió también hace poco con esta galería en la que aparece una fotografía que se utilizó para la cubierta de un libro que compré hace cuatro años, precisamente por la cubierta).

Curiosamente, mi relación con Internet se basa más en lo que veo (y aquí tendría que colgar un sinfín de links a galerías de fotógrafos y exposiciones que ahora están disponibles "para siempre") que en lo que leo en la red, donde tengo tendencia a subir lo que leo en papel.