de vuelta a casa...
nada ha cambiado.
sigo sin trabajo fijo, con entregas infernales y de una semana para otra,
sin faltar una,
juro que lo dejo.
Aunque a veces no es así. A veces abro un manuscrito y me envuelve. O me devuelve al libro que estoy leyendo con una ferocidad que nada más podría hacerlo. A veces leo historias mal escritas que son hermosas, que son conmovedoras, que no tendrán un público, pero me han cautivado a mí (incluso en su mediocridad). NO MERECE LA PENA HABLAR DE HISTORIAS QUE ME ENFADAN, INDIGNAN E INCLUSO ME ESTROPEAN EL DÍA.
A veces me pregunto qué haría si no leyera.
¿Cuándo se dice basta?
sigo sin trabajo fijo, con entregas infernales y de una semana para otra,
sin faltar una,
juro que lo dejo.
Aunque a veces no es así. A veces abro un manuscrito y me envuelve. O me devuelve al libro que estoy leyendo con una ferocidad que nada más podría hacerlo. A veces leo historias mal escritas que son hermosas, que son conmovedoras, que no tendrán un público, pero me han cautivado a mí (incluso en su mediocridad). NO MERECE LA PENA HABLAR DE HISTORIAS QUE ME ENFADAN, INDIGNAN E INCLUSO ME ESTROPEAN EL DÍA.
A veces me pregunto qué haría si no leyera.
¿Cuándo se dice basta?
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home