jueves, noviembre 23, 2006

La gota

Nos estamos inventando el otoño. Y todos sabemos que es mentira, pero el mecanismo está claro: todos a una que sino no funciona.
Una chica se pone su bufanda, un señor ya ha sacado la gorra de felpa, las medias están a la orden del día entre las señoras y los caballeros ya han abandonado la media manga.
Cada vez que se dejan ver unas sandalias perdidas o un short escapado, las miradas recriminatorias no se hacen esperar. Todos decimos lo mismo: "será extranjero, en su país hace más frío, por eso no se da cuenta de que ya no es verano, que se ha pasado el momento..."
Pero después de ese breve estupor en la espera del semáforo o al cruzarse en la acera uno vuelve tan feliz a su ensoñación otoñal.
Hasta que la gota traiciona.
Cae por la sien, discreta ella.
Humedece levemente el nacimiento del pelo.
Un rápido movimiento muñeca-manga pone fin a la traición.
Seguimos en otoño.
Es noviembre y tiene que ser otoño.

6 Comments:

Blogger g said...

Invento (versión 2)

Nos estamos inventando el otoño.
Todos sabemos que es mentira, pero nadie dice nada al respecto. Cada vez que alguien, incauto y no aleccionado, saca el tema del tiempo el resto le mira con agresividad.
"No es el momento de hacer estadísticas, señora"
"...Y no, no nos interesa la temperatura de los otoños de su infancia".
No hay recuerdo que valga. Es otoño. Y si alguien suda se calla y sigue con su chaqueta, su jersey o su bota alta.
Hay que colaborar un poco.

10:45 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Y qué pasa con los rusos? ¿No piensas en los pobres rusos que sin éste gran cambio climático estarían pelándose de frío? ¡Menos mal que Putin sí piensa en sus compatriotas!

12:26 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

La pulga

G, no es la gota la que anuncia el mundo al revés...
sinó la pulga.
Tengo más de 10 picadas de pulgas en mi cuerpo. Evidentemente en los lugares más sabrosos:mi barriga y mi culo.
Nos estamos inventando el otoño, porque a mi las pulgas siempre me han atacado en VERANO.
Y la pulga es un animal que necesita CALOR para reproducirse (en eso se distancia del humano que produce calor cuando se reproduce;)

Lo peor es que la pulga la ha traído un perro que venía del Pirineo, donde, por lo visto,un comando de románticos melancólicos recorren los bosques pintando hojas de colores ocres y marrones, y les hacen un corte en el peciolo para cuando haga un poquito de viento puedan derramar una lágrima emocionada por el paso del tiempo.

Y me jode que la sombra de mi apodo se apodere de mi identidad.
Pulgosa.
Sí, soy la Pulgosa.
Arjjj

7:00 p. m.  
Blogger g said...

pulgosa, me siento muy halagada... tu presencia al fin por estos pagos...

lo grande de este otoño inventado es que la costumbre obliga a dejar las picaduras de pulga bien camufladas (será un secreto)

7:12 p. m.  
Blogger g said...

addendum: las puñeteras moscas que muy literariamente morían en septiembre siguen aquí. A ellas también les va el calor para reproducirse. Al final los raros seremos los seres humanos, que ansíamos el frío para generar calor (o sumamos calor al calor).

7:22 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tres palabras:

¡Es otoño, coño!

Y me quedo tan ancho, porque además por aquí sí que es otoño del bueno, del de las gotas, pero de lluvia, del del calor, pero del edredón o la estufa.

Y lo de las pulgas... En fin ;)

9:16 a. m.  

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