viernes, noviembre 24, 2006

Madrid


A veces un cielo, una foto o un comentario me hacen extrañar Madrid con dolor (intenso, agudo y breve).
Crecí viendo la capital del reino como el futuro lugar donde me independizaría. Paseaba por calles y me preguntaba en cuál viviría (nunca fue como lo de Barcelona, 1ª visita y un sentimiento asertivo e inaplacable de que yo podría vivir "allí", que hoy es aquí) y ahora resulta que ha dejado de ser el terreno de juego y en algunos sentidos se aleja sin parar (mis recuerdos empiezan a tener solera, mi orientación y conocimiento del medio se van recortando, pero sobre todo desactualizando). Cada vez que llega la época de pensar en la vuelta algo dentro de mí se siente airado.

Porque sé que pasará.

Pasará que mientras esté allí sentiré el inconfundible deseo de vivir allí durante un instante. Aunque sea para saber cómo es. Y luego volveré a la Barcelona de las identidades, el catalán y la libertad (aunque la Ordenanza Cívica no haga mucho por reforzar mi afirmación).