Freaking out...
Lo confieso. Estoy sufriendo una regresión a los momentos más fanáticos y desquiciados de mi adolescencia. No me cabe ninguna duda.
Yo era de esas que se grababan una canción tantas veces como cabía en una cinta.
Y la escuchaba.
Y la volvía a escuchar.
Ahora las nuevas tecnologías y, sobre todo, internet hacen mi vida como obsesiva compulsiva más sencilla.
Todo empezó por un post de lo más cultureta y sesudo de Diego aka Arno Frisch. La cuestión es que al ver el video no se despertó en mí ninguna curiosidad por averiguar quiénes eran los que no conocía. No. Yo me emocioné, yo caí en la trampa de la canción comercial, emotiva y manipuladora que ha hecho U2 con mucho tino.
Así que lo confieso: este es el vídeo que veo unas 5 o 6 veces al día, ahora en mi blog para no tener que ir siquiera a you tube.
Antes de darle a play pensad en el riesgo que corréis si tenéis desconectado el área intelectualoide del cerebro: podéis acabar como yo (con dosis periódicas al día y repeticiones sin imágenes; del orden de unas 15 o 20 escuchas; también diarias).
Con todo, yo recomiendo entregarse a estos pelotazos de felicidad facilona que da la música.
Yo era de esas que se grababan una canción tantas veces como cabía en una cinta.
Y la escuchaba.
Y la volvía a escuchar.
Ahora las nuevas tecnologías y, sobre todo, internet hacen mi vida como obsesiva compulsiva más sencilla.
Todo empezó por un post de lo más cultureta y sesudo de Diego aka Arno Frisch. La cuestión es que al ver el video no se despertó en mí ninguna curiosidad por averiguar quiénes eran los que no conocía. No. Yo me emocioné, yo caí en la trampa de la canción comercial, emotiva y manipuladora que ha hecho U2 con mucho tino.
Así que lo confieso: este es el vídeo que veo unas 5 o 6 veces al día, ahora en mi blog para no tener que ir siquiera a you tube.
Antes de darle a play pensad en el riesgo que corréis si tenéis desconectado el área intelectualoide del cerebro: podéis acabar como yo (con dosis periódicas al día y repeticiones sin imágenes; del orden de unas 15 o 20 escuchas; también diarias).
Con todo, yo recomiendo entregarse a estos pelotazos de felicidad facilona que da la música.
1 Comments:
para que quede constancia, por mucho que diga google analytics!
:)
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