miércoles, abril 04, 2007

Pero es la pura verdad: uno cree sujetar las riendas de los acontecimientos, y luego sólo desea saber adónde diablos lo llevan a galope tendido.

Un relato policíaco Imre Kertész

Después de salir de estupor de El placer del viajero de Ian McEwan (absolutamente inapropiado antes de partir de vacaciones), me he topado con esta maravilla.
Se trata de un efecto garantizado por Kertész.
Frases sencillas y a la vez aplastantes, de las que se releen una y otra vez asintiendo con la cabeza.

Me voy de vacaciones (que en este blog lo único que quiere decir es que seguiré ausente).