domingo, agosto 19, 2007

caprichos

Hay novelas que son caprichos. Caprichos hermosos, que producen un deleite quizá mayor que las obras gestadas con el peso y la autoconciencia de que se está escribiendo UNA NOVELA. Eso es lo que imagino cuando leo novelas breves y pienso en los autores a los que la verborrea les pierde. Veo estos extemporáneos vólumenes breves y me convenzo de que al fin otro autor se ha dejado llevar, que no ha querido convertir una historia, un cuento o una novela corta en una NOVELA (pensemos ahora en ese mínimo, casi estándar, de trescientas páginas).
Y esto no es más que el preambulo de una cita que voy a colgar ahora, una cita sacada de la última novela de Ian McEwan, On Chesil Beach*...

"In her nervousness she began to speak faster, though her words were crisply enunciated. Like a skater on thinning ice, she accelerated to save herself from drowning. She tore through her sentences, as though speed alone would generate sense, as though she could propel him too past contradictions, swing him so fast along the curve of her intention that there could be no objection he could grasp at."

*La historia de una noche, la historia de un error, de un amor, de una pareja, de dos personas, de un éxito y un fracaso, de un tiempo, del paso del tiempo, del detalle, del conjunto...

1 Comments:

Blogger fruitman said...

mi favorita en el género es breakfast at tiffany's... un auténtico placer, poder leer una novela de cabo a rabo en una sentada.

2:42 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home