Encuentro
La magia de la vida es el encuentro.
El encuentro nos mueve. Nos posiciona... Nos acerca.
[...]
El alma de la fotografía es el encuentro.
El retrato es un enfrentamiento.
Modelo y fotógrafo sostienen siempre un singular pulso donde el modelo presiona de tal manera que pide violentamente un acto de comprensión. O quizá quien se pide tal acto soy yo mismo...
Un enfrentamiento que vivo con una mirada frontal. Una mirada de púgil.
Un desafío: la presión de lo indecible que quiere ser dicho.
No puedo tener una mirada inocente. Mi intención nunca es honesta.
Es maliciosa.
Recojo ecos vivos de lo que vieron mis ojos.
Poseer presencias me excita. Me alimenta.
En esos momentos ni yo me conozco.
Fotografío lo vivo como ya muerto, con la intencionalidad de un forense y...
¡Ahí te quiero ver! No es fácil.
Un juego masoquista, atrapar mi suspiro en la foto.
La fotografía se asienta en la fe de lo que es visible.
Por tanto, el suspiro no puede verse pero fotografiar me obliga a encontrarlo.
A multiplicar lo que miro.
Jugar con el exceso de ver y de verme...
Delimito el espacio.
Decido el cómo y el dónde mirar.
Mirar por la cámara protegiéndome y encerrándome por fin en mí mismo.
Tras la cámara me convierto en un cíclope.
Un único ojo anhelante.
La toma fotográfica me lleva al trance.
[...]
Si ayer fotografiaba silencios, hoy fotografío mi propia voz.
[...]
La escenografía visible de un sentimiento al compás de mis emociones.
Hoy tengo la conciencia de que una forma de ver es una forma de ser.
Soy fotógrafo.
La fotografía es el espacio donde imaginarme.
En la fotografía, destino y presente sueñan en el latir de un fragmento de tiempo, un permanente pasado.
Un permanente pasado...
No hay retorno posible.
Con las fotografías un mar de recuerdos se despierta,
Se agita. Se encrespa.
La fotografía es un certificado de presencia... De ausencia.
La fotografía es iconografía de muerte. Está en su naturaleza.
En ella ya no somos como somos. Somos como éramos...
Ciertamente en la fotografía hay un elemento fatalista.
En cien años todos calvos. Quiero decir que una colección de retratados es una colección de futuros cadáveres.
La fotografía es un poderoso médium.
Nos lleva al otro lado de la vida.
Y allí, atrapados en un mundo de luces y sombras,
siendo sólo presencia, también vivimos.
Inmutables. Sin penas. Redimidos de nuestros pecados.
Por fin domesticados... Congelados.
Al otro lado de la vida... De donde no se vuelve.
Alberto García-Alix
Eludo los subrayados, negritas y cursivas que me grita este texto, un texto que vuelvo a leer cinco años más tarde y me despierta la misma fascinación que la primera vez. Pese a todo lo que tiene, pese a las elipsis, me sigue pareciendo una de las reflexiones más lúcidas y potentes sobre la fotografía que he leído.
Recomiendo sin pestañear esta exposición. No es para todos los públicos, García-Alix no le llega a todo el mundo por el igual, pero a quién le interesa eso.
1 Comments:
la vi dos veces. y también tengo una foto de la expo pendiente de publicación!!
sus fotos me interpelaban y cuando lo conocí amé al personaje. es encantador.
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