Inciso ruso en mi ciclo africano
Tras la conocida orfandad de terminar un libro que no se puede soltar, he vuelto a los rusos. O se me ha cruzado un ruso. Una vez más el culpable es Vila-Matas (si no fuera tarde para empezar, debería tener una lista de los autores que he descubierto, redescubierto, leído y releído gracias a Vila-Matas).
Bastó una mención al enterrador de Pushkin en El mal de Montano (con esta cita):
"Mis ilustrados lectores sabrán que Shakespeare y Walter Scott presentaron a sus sepultureros como hombres alegres y dicharacheros, con el fin de que el contraste impresionara aún más nuestra imaginación. Por respeto a la verdad no podemos seguir su ejemplo y debemos reconocer que el carácter de nuestro sepulturero correspondía totalmente a su siniestro oficio."
"El enterrador", de Alexandr S. Pushkin (en Narraciones completas)
Y así de repente he dejado Lagos, Nigeria, para volver a la Rusia profunda.
*Las fotos son de Bénédicte Kurzen y de Sergey Maximishin
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