lunes, abril 07, 2008

El síndrome calçot y el efecto mimético de la lectura

Como escribo poco acabo escribiendo según el estilo del libro que esté leyendo (lo que en estos momentos quiere decir como un hombre polaco de mediana edad en plena crisis creativa tras haberse alienado de su traumática experiencia en Auschwitz al transformarla en el tema de su primera obra). Mal, muy mal, porque si bien sí encuentro pensamientos que plasman a la perfección determinados sentimientos o visiones de la vida, no soy un polaco deprimido. La verdad es que todo es bastante más vulgar y prosaico.

Sufro, o he sufrido, o tal vez aún esté sufriendo* EL SÍNDROME CALÇOT, porque me resisto a aceptar que en este país todo tiene que adoptarse directamente en inglés (síndrome burn-out). Bien por la adopción, pero también por el bautizo. Para los foráneos explico que el calçot es un familiar cercano de la cebolla que se consume sobre todo en Cataluña (y supongo alrededores) entre febrero y marzo. El modo de preparación es la clave de esta propuesta de nomenclatura: los calçots se cocinan enterrados en brasas, y una vez calcinados por fuera están listos, sólo es necesario retirar la capa exterior y sumergir en salsa romesco. Un placer, aunque como diría un buen frutariano (talibán vegano), no para el calçot.
Así que a esto se reduce. En plena temporada me enterraron entre brasas laborales y me devoraron a traición, pero siempre queda algo, así que no puede decretar que el banquete haya acabado, no, sirviéndome de otra imagen, puedo afirmar que hay cenizas de las que renacer, y en ello estoy. Bastante contenta por cierto (otro aspecto positivo de sentirse un calçot, una simplifica razonamientos).

Y todo viene al hilo de que a raíz de mi post, viajar, ya me han preguntado más de un par de veces si me voy de Barcelona.
Pues no.
Sólo me doy unas merecidas vacaciones para visitar a mi hermana. Ya tengo el show en marcha. Y un montón de planes. Entre ellos olvidar el síndrome recién renombrado.

*Uno de los daños colaterales del síndrome calçot es que echa por tierra la conjugación verbal de la vida de uno. En un instante, los presentes se tornan pasados, los futuros, condicionales, y casi todos los sustantivos requieren de la partícula ex. Un caos.

1 Comments:

Blogger Hernán Galli said...

Qué bueno que te guste el blog. Qué bueno que estés en BCN. Qué bueno que vuelvas a BS As por un rato. Todo suena bien. Y los calcots, hay que probarlos allá, no queda otra. Orxata y el Pá amb tomaquet, que es fácil, pero es de allí.
Qué sea bueno el regreso, y mejor el "desregreso", y que te guste Neumann. Buscá Bariloche, lo mejor del muchacho, que tiene una pieran entera argentina y otra enterita andaluza.

Deu

1:31 a. m.  

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