domingo, septiembre 17, 2006

+ Murakami

- [...]Relájate. Estás tensa y por eso te lo tomas así. Si te relajas, te sentirás más ligera.
- ¿Por qué dices eso? -La voz de Naoko sonó muy seca.
Al oírla, comprendí que acababa de pronunciar las palabras equivocadas.
- ¿Por qué? -repitió Naoko con la vista clavada en el suelo-. Si te relajas, te sientes más ligero, eso también lo sé yo. No hace ninguna falta que me lo recuerdes. Pero si ahora me relajo me haré pedazos. Dese hace tiempo he sido incapaz de vivir de otra manera, y todavía lo soy. Si bajara la guardia, aunque fuera una sola vez, sería incapaz de recomponerme a mí misma. Me haría pedazos y éstos volarían con un soplo de viento. ¿Cómo puede ser que no lo entiendas? ¿Cómo puedes decir que cuidarás de mí si no comprendes eso?
Enmudecí.

***

- [...] Se excita, llora. Pero no pasa nada. Es sólo eso. Está exteriorizando sus emociones. Lo preocupante es cuando no logra sacarlas fuera. Se acumulan en su interior y se enquistan. Las emociones van petrificándose y muriendo dentro de uno. Eso sí es terrible.

***

- [...] Además, y éste es otro asunto, en su caso hay muchos problemas que se entrelazan, como un enrevesado amasijo de hilos, e ir soltando cada uno de estos hilos es un trabajo ímprobo. Desenredar todo esto puede llevarle muchos años, aunque también es posible que todos los hilos se desaten de golpe.

Norwegian Wood (1987)
Haruki Murakami
el proceso de identificación y empatía con personajes de novela a veces resulta aterrador.
mágico y necesario, pero aterrador.

martes, septiembre 12, 2006

elipsis imposibles


evidentemente es imposible saber que Johansen en la tórrida Plaça del Rei fue mágico o que la piscina de Montjuïc es un manjar para los sentidos atontados por la ola de calor (Barcelona a tus pies, mientras los tienes a remojo) o que sigo obsesionada con Flickr y me he topado con los dibujos de Malota, una diseñadora valenciana de mi edad que hace unos monstruitos que te encuentras por las calles del Gótico y el Raval y parecen hijos mestizos de Tim Barton y Edward Gorey... (evidentemente el dibujo es suyo).
No se puede rellenar tanto silencio, pero es que a veces no hay palabras.

Trabajo todo el día con palabras. Las de los demás y las mías. Y quizá por eso cuando quiero encontrar más parece que no hay.

Hoy me han pasado cosas que tampoco sé transcribir.
He ido a una (otra, la número ¿10?) entrevista y por primera vez no ha sido un ejercicio de ataque y defensa. Ha sido sólo una conversación. Una de esas conversaciones que se graban en la mente. Que te dejan un "no sé qué" que no puedes explicar.

Quiero ese trabajo.
Quiero salir de casa cada día.
Quiero relacionarme con gente con ojos y patas.
Quiero sorprenderme tan gratamente como hoy más a menudo.

A veces se me olvida que la gente que no conozco también está ahí, con mucho que decir, compartir y enseñar, dispuesta a brindarte una mirada y dos orejas. Hoy alguien no ha necesitado de lugares comunes y sobreexplicaciones. Y eso, a veces, está bien.

miércoles, septiembre 06, 2006

summer kitsch

ante el reproche de un fan, ajá, he decidido colgar los intentos de post que he acumulado durante el verano. Es una pena ser tan vaga (quizá no es eso, pero qué mejor que fustigarse un poco)porque realmente muchas cosas merecían una reseña, me han pasado cosas que han sido posts mentales que no he plasmado y eso sí que me parece una pérdida (muy personal, pero bueno, esto es un blog, no un portal de novedades y comentarios objetivos, si es que eso existe)
lo dicho, aquí queda una retahíla de momentos incompletos.

4 de septiembre de 2006
sin título

ha pasado más de un mes desde que colgué el último post, lo que no quiere decir que me haya ido de vacaciones o haya estado alejada de un ordenador. puede de hecho que sea el agosto que más tiempo he pasado delante de una pantalla. el agosto en el que he tenido más tiempo para pensar. y un agosto en el que ha habido lecturas, películas, viajes y momentos dignos de recordar (que están esbozados en un sinfín de borradores que nunca llegué a retomar) aunque probablemente lejos de ser calificado como máximos en sus categorías (desde que dejas esa etapa de la vida de il dolce far niente ya nada vuelve a alcanzar determinados niveles) están ahí.


22 de agosto de 2006
Sin título
el mundo está lleno de cosas que me gustaría poner en este blog (como si fuera una de esas cajas que he tenido toda mi vida llena de mementos) pero no me sale (o por pereza o por incompetencia) y a menudo también por falta de definición en qué quiero escribir aquí. Hoy grankabeza ha colgado la carta de a Uri que David Grossman le escribió a su hijo muerto en el Líbano. Yo no pude terminar de leerla porque las lágrimas y la tristeza, además de la sorpresa, eran un impedimento insalvable. me gustaría ser capaz de reunir aquí todo aquello que me sobrecoge.


17 de julio 2006
Sin título
me maltran la humedad, el calor y el ordenador (que desprende aún más calor) Estos días he comenzado varios post que nunca he terminado...Kevin Johansen, la piscina de Montjuïc, mi recién estrenada artrosis... vamos un poco de todo, entre quejica y muy vital. La semana pasada, en plena ola de calor, me sobrevino un ataque de actividad que no recordaba igual desde hace años (esa necesidad imparable de hacer cosas e ir a lugares sin que nada te agote ni derrote en la planificación previa).

16 de julio de 2006
Secretos de montaña
(aquí iba una foto)

y es que resulta que Barcelona esconde de todo en sus montañas ciudadanas. Este domingo sin playa ha sido un domingo de piscina. Pero no una piscina cualquiera


15 julio de 2006
humedad
o lo que mata es la humildad, como parafrasea parte de The Nada cuando toca un tango con Kevin Johansen... Un tórrido 13 de julio en el que se sigue notando la ola de calor y una esquina privilegiada de Barcelona (por supuesto obviando la ausencia de algún tipo de brisa, corriente o ventilación natural): la Plaça del Rei, o


7 de julio de 2006
picos
y estamos a la baja... supongo que este es el misterio insondable de los autónomos: una semana te matas y la otra no haces nada (salvo fustigarte y sentirte culpable)