Cuando me pasan cosas frustrantes llamo a Movistar y protesto.
Siempre lo he hecho, aunque antes era más aficionada a quejarme de la casa madre, Telefónica.
¿Por qué he llamado hoy?
Porque una vez más -podría contar qué número es, pero no me apetece-, he oído un discurso conocido (y no, no es el de "te veo como una hermana" o su variente "somos demasiado amigos", yo ya no tengo esos problemas)es el otro el que empieza por:
"Eres muy inteligente y tienes un perfil intelectual muy por encima de la media"
pero esta vez esas lisonjas traicioneras no me dejan en la calle, me dejan como estoy, es decir a salto de mata con mi mundo autónomo.
no seré agente literario. porque ha quedado claro que a priori no tengo capacidad para vender algo en lo que no creo o no me gusta.
pero seguiré escribiendo para que otros vendan con mis textos libros en los que no creo ni me gustan.
también seguiré siendo traductora (de momento de libros de los que no me enorgulleceré).
y seguiré sin nómina, sueldo fijo u horario.
lo curioso, es que está bien.
porque hace días que vislumbré que no me sienta nada lo de estar enjaulada.
durante un año me he equivocado de cabo a rabo con lo que "quería".
y por eso he llamado a Movistar para protestar.
alguien tenía que pagar el pato.