Hace tiempo, relegué a Vanessa Bell a hermana de Virgina Woolf, una categoría asfixiante donde las haya. Cometí un error. Afortunadamente, la traducción vuelve a subsanar una de esas infinitas lagunas.
Y sucedía cada vez que abría uno de esos emails, que en su día fueron cartas manuscritas. Se abría un abismo tanto o más intangible, y una nueva mella se sumaba a las tantas previas.
Esta correspondencia daría para escribir un tratado completo, pero hoy caminando bajo la lluvia le he encontrado la etiqueta. Ya puedo seguir viviendo tranquila.
of an approaching deadline, mon amour y yo llegamos a la conclusión de que esto, Teorías de la manga, no podía esperar más. En breve glosario y participación pública.